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10 consejos para tener una piel más saludable
La piel es el órgano más grande del cuerpo y también es nuestra carta de presentación. Su función es crear una barrera protectora para los tejidos y órganos. Si bien cumple una función tan importante, ¿por qué no cuidarla? Además, es un órgano que refleja al 100% la salud de nuestro organismo. Si tenemos la piel tersa, firme, sana, brillante y limpia así estaremos por dentro. Cuando mostremos una piel seca, rugosa, llena de impurezas y acné, será señal de deshidratación y que sufrimos ciertos desequilibrios hormonales o altos grados de toxicidad.
Siempre es importante tener en cuenta que los cuidados para tener una piel radiante comienzan por dentro, así que lo que hay en tu interior se reflejará en tu exterior.
Aquí desglosamos 10 consejos para tener una piel más saludable.

1- Dormir lo suficiente
El sueño tiene capital importancia en nuestras vidas; tanto es así, que las horas que dormimos representan un 33% de toda nuestra existencia. De igual manera, el sueño es también importante para nuestra piel. Nos ayuda a reparar los daños causados a nuestra piel durante el día. Por eso, en cuanto reducimos las horas de sueño, nuestra piel reacciona enseguida.
Dormir bien es una necesidad para tu salud y para tu piel. Se recomiendan al menos 7 horas de descanso continuo y de calidad. Es el tiempo que necesita nuestro cuerpo para recuperarse de las actividades realizadas durante la jornada.
Igual que sucede con el móvil, que precisa recargar su batería, el organismo, la mente y la piel requieren de un buen descanso. Si duermes bien podrás revertir los daños causados por los radicales libres, tus células se oxigenarán mejor y los músculos y tejidos se repararán.
De seguro te habrás dado cuenta de que, tras una noche de insomnio, al otro día luces fatal. En cambio, si descansas, te ves mejor, te sientes con más ánimo, con más frescura y energía.

2- Hidratarnos con Frecuencia
Por lo regular, no solemos ser conscientes de que debemos tomar líquidos hasta que la sed se apodera de nuestra boca y garganta. No debemos esperar ese momento para hidratarnos.
Además de refrescarte, el agua le aporta humectación a la piel y eso previene las arrugas y la flacidez; de hecho, te hace ver más joven y radiante. Y si te cansas de tomar mucha agua, puedes optar por otros líquidos como jugos naturales e infusiones de hierbas. No cuentan los refrescos, el café ni el alcohol.
Cada célula de nuestro cuerpo está conformada por agua. Es una prioridad ingerir de 6 a 8 vasos de agua por día. Somos entre un 60-70% agua, así que nuestro buen estado de la piel dependerá, en gran medida, de si estamos bien hidratados o no.
• Bebe agua de calidad durante todo el día.
• Toma tu zumo o batido verde cada día (300-500ml).
• Consume al menos el 70% de tus vegetales en crudo, como las ensaladas (nos aportarán mayor contenido de agua, minerales y enzimas activos).
• Reduce o elimina el consumo de cafeína y alcohol, ya que tienen un efecto deshidratante.

3- Hacer Ejercicio
Una piel sana es el reflejo de una vida sana.
Hacer ejercicio estimula la circulación sanguínea, ayuda a eliminar las toxinas y suciedad a través del sudor, y mejora el brillo y el color de la piel.
La actividad física te ayuda a mantenerte saludable al igual que a tu piel. Hacer ejercicio no es solamente bueno para nuestra figura, sino también para nuestra piel, nuestra mente, nuestro cerebro y nuestro estado de ánimo. El sudor elimina toxinas y nutre la piel con oxígeno.
Cualquier disciplina que escojas es adecuada para sentirte bien, bajar de peso, eliminar tensiones y también deshacerte de las toxinas que empeoran la salud de la piel. Puedes elegir el deporte que más te guste, y que, a la vez, no se convierta en un peso u obligación.
La elasticidad y la tonificación de la piel se pierden con la edad. Puedes mantener la firmeza de tu piel haciendo ejercicio físico regularmente. Un ejercicio moderado como el yoga puede ser tan beneficioso como el más vigoroso ejercicio muscular.
Cuando haces ejercicio, incrementas el flujo sanguíneo hacia la piel, lo que implica que ésta recibe de manera óptima los nutrientes y vitaminas esenciales. Por otra parte, el ejercicio tonifica tus músculos, lo que ayuda a darle forma a tu piel.

4- Reducir el Estrés
Con todas las complicaciones del día a día del mundo moderno, es muy raro quien no lo padezca. En nuestro cuerpo, el primer órgano refleja sus efectos es la piel. A diario, hay que hacer una pausa de unos 15 minutos, conectarte con tu yo interior, y simplemente respirar. Créeme, no sólo tu piel te lo agradecerá; también lo harán tu cerebro, pues se oxigena mejor, tus pulmones, y tu calidad de vida mejorará.
El estrés se manifiesta de distintas formas de persona a persona.
Cuando el estrés está fuera de control, la piel puede volverse más sensible y se pueden desencadenar brotes de acné y otros problemas cutáneos. Hay manifestaciones de estrés que, incluso, pueden poner en peligro la vida de la persona que lo padece en un momento dado.
Para fomentar una piel sana, y un estado de ánimo sano, toma medidas para controlar el estrés. Duerme lo suficiente, fija límites razonables de trabajo, recorta tu lista de tareas pendientes y encuentra tiempo para hacer las cosas que disfrutas. Los resultados podrían ser más significativos de lo que esperas.

¿A quién no le gustaría lucir una piel más saludable como las que tienen las modelos y actrices? Quizás hayas probado de todo para tener un cutis saludable y no hayas conseguido buenos resultados. Te comento que una parte del secreto está en la alimentación.
5- Tener Buena Alimentación
Somos lo que comemos, y esto también se refleja en nuestra piel. Comer alimentos no tan limpios y cargados de toxinas nos puede dejar con una piel sin vida, apagada y seca. Además, una falta de nutrición acelera la aparición de arrugas y acné.
No hay que tener conocimientos en nutrición para saber que todos los días debemos incluir en nuestra alimentación algo de frutas, ensaladas y vegetales. Deben ser los protagonistas en tu almuerzo. Evita las grasas y frituras. Todo esto ayuda a una vida más sana y tu piel lo reflejará.
Cuando consumimos alimentos con ingredientes tóxicos, se refleja rápidamente en nuestra piel, sobre todo, en el rostro. Comer Limpio nos dará salud y belleza ya que creará un efecto depurativo en nuestro cuerpo de forma natural.
Algunas recomendaciones son:
• Tomar un vaso de agua tibia con unas gotas de zumo de limón en ayunas.
• Tomar un zumo o batido verde a diario.
• Eliminar los alimentos procesados, los azúcares refinados, los que contienen gluten, lácteos y sus derivados.
• Incrementa el consumo de alimentos crudos.
• Siempre que sea posible, trata de comprar productos orgánicos.

6- Llevar una Dieta Saludable
Es muy difícil que podamos ingerir todos los nutrientes que nuestro organismo necesita cada día. Es por ello la necesidad de consumir suplementos alimenticios.
Una dieta saludable puede ayudarte a verte y sentirte mejor. Come muchas frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. La asociación entre la dieta y el acné no está clara, pero algunas investigaciones sugieren que una dieta con alto contenido de aceite de pescado o suplementos de aceite de pescado y baja en grasas no saludables y carbohidratos procesados o refinados podría promover una piel más joven. Beber mucha agua ayuda a mantener la piel hidratada.
7- Higiene
Haz una buena rutina de limpieza. Nunca te vayas a dormir con maquillaje. El maquillaje, unido a las impurezas del entorno o medio ambiente, obstruye tus poros, haciendo que la piel pierda su elasticidad, y aunque seas joven, aparentas de más edad.
Mantener tu piel limpia es muy importante. Muchas personas usan productos agresivos para la piel que pueden provocar una falta de hidratación de la piel del rostro y dejarla completamente sin brillo. Debemos utilizar un limpiador neutro y usarlo cada noche antes de acostarnos.
Cepillar con moderación tu piel en seco con un cepillo especial te ayudará a eliminar las células muertas que pueden hacer que tu piel parezca deteriorada. Cepilla siempre en dirección al corazón, es decir, desde las manos hacia los hombros, desde los pies hasta la cadera.

8- Exfoliarte
Nadie quiere tener la piel apagada, reseca y sin brillo.
Una buena exfoliación es imprescindible pues nos ayuda a eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie, incluso sin que te des cuenta, y favorecen el proceso de renovación que tu cuerpo hace de forma natural.
Exfoliar la piel es una técnica sencilla que se remonta al antiguo Egipto. Desde entonces, sigue siendo la clave del éxito para un rostro saludable y bonito. Al eliminar las células muertas y sucias de la piel, emerge una nueva capa de piel radiante.
Existe una amplia variedad de productos para exfoliarse, de manera que es importante que tengas en cuenta cómo actúan sobre tu piel. Si notas que tienes el rostro un tanto áspero en los bordes, te interesará saber por qué exfoliar la piel es clave.
¿Qué es la exfoliación de la piel?
La epidermis, o la capa superficial de la piel, está compuesta por cinco subcapas. En la capa más profunda, nacen nuevas células de piel. Cuando maduran, estas células van ascendiendo hacia la capa superior. Luego tienden a caerse de manera natural, para permitir que surja nueva piel, más tersa y con una pigmentación homogénea.
Una piel sana expulsa la increíble cantidad de 30,000 a 40,000 células muertas por minuto. Pero, lo cierto es que este proceso tiende a ralentizarse por una serie de factores como la exposición al Sol, las fluctuaciones hormonales y el envejecimiento. Al retrasarse este proceso, las células muertas comienzan a acumularse en la piel, haciendo que se vea áspera y sin brillo. Si permanecen demasiado tiempo, pueden taparte los poros, lo cual conlleva a un conjunto de problemas, como las manchas y las líneas de expresión.

9- No Fumes
Fumar le da a tu piel un aspecto avejentado y contribuye a la formación de arrugas. Fumar estrecha los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en las capas más superficiales de la piel, lo que disminuye el flujo sanguíneo y da un aspecto más pálido a la piel. Esto también elimina el oxígeno y los nutrientes que son importantes para la buena salud de la piel.
Fumar también daña el colágeno y la elastina, las fibras que le aportan fortaleza y elasticidad a la piel. Además, las expresiones faciales reiteradas que haces cuando fumas, por ejemplo, fruncir los labios al inhalar y entrecerrar los ojos para exhalar el humo, pueden contribuir a la formación de arrugas.
Además, fumar aumenta el riesgo de carcinoma espinocelular. Si fumas, dejar de hacerlo es la mejor manera de protegerte la piel. Pídele a tu médico consejos o tratamientos que te ayuden a dejar de fumar.

10- Ten en cuenta la Protección Solar
Es muy importante exponernos al Sol durante unos 10-15 minutos diariamente para la producción natural de vitamina D, sin el uso de bloqueadores para que esta vitamina se pueda sintetizar correctamente.
Sin embargo, una sobreexposición al Sol, sobre todo en horas críticas del mediodía, puede ser contraproducente y dañar nuestra piel, aumentando el riesgo de aparición de manchas, quemaduras y cáncer de piel. Es recomendable evitar los daños que el Sol puede ocasionar al exponernos a los rayos ultravioleta.
Una vida de exposición al Sol puede provocar arrugas, manchas y otros problemas de la piel, así como un aumento del riesgo de cáncer de piel.
Para obtener la protección solar más completa…
Usa protector solar
Utiliza un protector solar de amplio espectro que tenga un factor de protección solar de, al menos, 15. Colócate abundante cantidad de protector solar, y vuelve a aplicarlo cada dos horas, o con más frecuencia, si estás nadando o transpirando.
Busca lugares con sombra
Evita el Sol entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos solares son más intensos.
Usa ropa de protección
Protégete la piel con prendas de tejidos ajustados y mangas largas, pantalones largos y sombreros de ala ancha. También ten en cuenta los productos para lavandería que pueden proporcionarle a la ropa una capa adicional de protección ultravioleta durante una cantidad determinada de lavados, o prendas especiales para protegerte del Sol, que están especialmente diseñadas para bloquear los rayos ultravioletas.
CONCLUSIÓN
Una piel sana no es solo una piel que se ve bien, es una piel que se siente bien.
Con estos simples pasos, puedes disfrutar de una piel radiante, aunque siempre es bueno dejarte consentir con las manos de un experto para contribuir así con una limpieza más profunda, y una gama de tratamientos, que, sin ser invasivos, en conjunto con tu rutina diaria, te ayudarán a mantener en óptimas condiciones.
Una piel brillante, fresca y limpia está a la vuelta de la esquina, basta con seguir unas simples pautas saludables. Y tú, ¿cuál de estas recomendaciones has probado o cuáles funcionan para ti?
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